Quirófanos con cirugía robótica y realidad aumentada; atención médica virtual mediante hologramas; tecnología 5G en la asistencia remota de pacientes en servicios de urgencias; coordinación global de estudios sobre la Covid-19 y desarrollo de vacunas en tiempo récord gracias a Inteligencia Artificial… La innovación forma parte desde hace muchos años del ecosistema relacionado con la salud. Más ahora que tenemos la mirada puesta en la inmunización frente a la pandemia y los efectos colaterales que impactan en nuestro día a día y, por tanto, en nuestro bienestar.
Somos más conscientes que nunca que la colaboración global para revertir la situación provocada por el coronavirus forma parte de esta nueva visión de la innovación abierta en la que farmacéuticas, empresas biotecnológicas, equipos sanitarios, organizaciones e instituciones se apoyan en la tecnología para cooperar.
La pandemia, no obstante, nos ha dibujado una situación coyuntural en un panorama estructural en el que las tendencias están dominadas por dos escenarios clave: la emergencia climática y la transformación digital. Ambos ámbitos, además, son consecuencia de un escenario de industrialización global. No obstante, el asunto no es analizar el origen sino cómo estos dos procesos determinan y afectan al mundo de la salud.
En el caso de la emergencia climática, por la relación entre impacto de las condiciones de nuestro entorno en nuestra propia salud y las condiciones de vida en el planeta. En caso de la transformación digital, por cómo la tecnología, en primer término, estructura las nuevas relaciones entre pacientes y expertos médicos, así como la atención sanitaria, en general.
En este último caso, dice Nestor Altuve, experto en transformación digital, que con la crisis “hemos evidenciado que lo digital ha dejado de ser una ventaja competitiva y una oportunidad para convertirse en imperativo e indispensable".
La digitalización de las pymes y la formación digital son clave para reactivar la economía y el empleo tras la Covid-19, según el informe ‘Sociedad Digital en España 2019’ de la Fundación Telefónica. Y es que España se encuentra inmersa en la cuarta revolución basada en la digitalización y en los datos. El despliegue de la digitalización era irregular antes de la pandemia y actualmente, estamos en un momento de transición digital que aunque presenta retos e incertidumbres, “también tiene efectos muy positivos y ofrece, a su vez, grandes oportunidades”, según subraya el documento de Telefónica.
La crisis de la Covid-19 nos ha obligado a repensar de la noche a la mañana la manera de vivir, estudiar, trabajar, disfrutar y, obviamente, la forma de abordar los retos sanitarios. Dichos retos nos han impulsado a la adaptabilidad, la evolución y a la innovación como casi ningún otro momento de la Historia.
¿Pero cómo innovar en estos momentos? Para Alfons Cornella, la innovación consiste en “Transformar ideas en valor para alguien, generando con ello resultados económicos y sociales”. Y ahora mismo, la innovación va de ejecución a corto plazo. Estamos en un entorno global VUCA (Volátil, Incierto, Complejo y Ambiguo) y, por tanto, debemos proyectar y ejecutar de forma sistemática con una hoja de ruta clara: analizar, modelar, explorar, proponer y prototipar.
Nos tenemos que adaptar muy rápidamente en un mundo que está cambiando de forma extraordinaria. “La innovación va a permitir adaptarnos en tiempo real”, según Cornella. Es decir que debe servir para responder de forma adaptativa las cuestiones que afectan al día a día en este entorno VUCA.
Personas en el centro de la innovación
La Covid-19 es el driver más claro que ha acelerado el proceso de transformación digital. La innovación tiene mucho con esta idea a la que el especialista en branding, Andy Stalman, apunta: “la transformación digital es esencialmente una transformación cultural”. Una transformación cultural que afecta a personas, negocios y herramientas, añadimos.
En los últimos meses hemos visto como la intersección entre herramientas de telecomunicaciones, canales de entretenimiento y plataformas de relación interpersonal. Aquí hemos evolucionado en el aprendizaje de Zoom, Google Meet, Microsoft Teams o Jitsi, pasando por Whatsapp o Telegram; mientras que se explotaban generacionalmente canales como TikTok, Twitch o, más recientemente, Clubhouse. Han evolucionado las plataformas de publicación, se han potenciado las plataformas audiovisuales y ha crecido el concepto del marketing de voz con asistentes virtuales, podcast, audiolibros y aplicaciones de ‘audio chat’.
El confinamiento ha revolucionado el uso de herramientas que nos acercan virtualmente y que nos permiten compartir conocimientos.
Los webinars y el aprendizaje a distancia han crecido. El formato telemático amplía las acciones presenciales (en planteamiento, duración, contenidos, etc.) pero, lo más importante, es que hemos ampliado nuestros conocimientos y el de nuestros equipos sobre los entornos digitales (diferentes plataformas y diferentes soluciones) y las posibilidades de utilizar diferentes dispositivos y canales.
El entorno profesional ahora mismo es más omnicanal que nunca en el ámbito de la salud. La relación entre laboratorios, médicos especialistas, visitadores, especialistas de la comunicación y el marketing, instituciones y organismos ya no se limita al plano físico. En el ámbito digital cada vez es más importante entender la relación desde un ámbito virtual en el que las plataformas web, las redes sociales profesionales, los boletines y las plataformas de aprendizaje cumplan criterios de usabilidad, seguridad y flexibilidad.
La omnicanalidad también significa mejorar la relación asistencial entre pacientes y médicos. La consultora McKinsey apunta en un reciente informe que, entre los profesionales de la salud, los doctores apuestan por un uso más intensivo en telemedicina, uso profesional de videoconferencias, consultas en línea sobre salud mental y dispositivos para medir los signos vitales de los pacientes. Completamos la visión con una potenciación de tecnologías como la realidad aumentada y virtual, en sus diferentes modalidades médicas y terapéuticas, así como los asistentes con Inteligencia Artificial (IA), las aplicaciones de mensajería o la aplicación de procesos con mayor transparencia y confianza gracias al blockchain.
Pero, ¿qué es la tecnología sin personas? ¿Qué es la transformación digital sin tener en cuenta a los usuarios, pacientes y profesionales? Gerd Leonhard, CEO de la red global de innovación The Futures Agency, consideraba hace pocos días en una entrevista en Digital Future Society (brand media de la Mobile World Capital Barcelona) que “cuanto más nos conectamos con la tecnología, más debemos proteger lo que nos hace humanos".
El principal reto de la transformación digital y la innovación en el ámbito de la salud son las personas. La experiencia como usuarios tiene que ir enfocada a preservar la seguridad y la confidencialidad en este creciente entorno digital.
Por otra parte, la tecnología debe permitir agilizar procesos, pero por encima de todo, asegurar la excelente asistencia, asegurar la cobertura ágil en situaciones extremas y mejorar la vida de los seres humanos. Los datos y la tecnología nos deben ayudar a potenciar también la telemedicina para potenciar la atención desde los domicilios.
Dicha transformación digital también debe permitirnos analizar las relaciones interpersonales en nuestras compañías, clientes y, en general, con nuestros stakeholders. En este sentido, la formación continuada de los profesionales de la salud es un eje fundamental. Educación a distancia, en un sentido amplio y, educación a distancia para enfermeros y personal en prácticas, también forman parte de esta formación holística. La formación mejora nuestros perfiles profesionales e implica a trabajadores en lógicas de empresas con propósitos y objetivos claros y definidos.
En definitiva, la Covid-19 es la primera pandemia en la era de las redes sociales, el Big Data y la IA generalizados y compatibles con dispositivos móviles que caracterizan el mundo digital actual.
Los grandes retos del futuro tienen que ver con esta digitalización de la sociedad, pero sobre todo de la capacidad de interconectar personas, bienestar y proyectos. Vienen retos mayores y habrá que asumirlos con esta creciente resiliencia que nos caracteriza como seres humanos que sentimos, padecemos pero que también creamos e innovamos como Sapiens que somos.
Miquel Pellicer, director de Innovación de Interprofit
Artículo publicado originalmente en PM Farma