Los aprendizajes del concierto de Love of Lesbian para la vuelta a los eventos
Los resultados de esta prueba piloto se han publicado recientemente y el Grupo Eventoplus ha realizado un webinar con los aprendizajes que podemos sacar de esta experiencia para el futuro del sector de los eventos. El éxito del experimento de Love of Lesbian, que dio la vuelta al mundo, impulsa a varios certámenes españoles a reunir a miles de personas y sin guardar distancia este verano. Por ejemplo, el Festival Cruïlla se celebrará en julio en Barcelona con 25.000 personas y sin distancia, recordándonos viejos tiempos.
¿Cuál fue la clave para que el primer concierto masivo de la pandemia no se convirtiera en un evento de súper transmisión? Un equipo médico supervisó el operativo y sometió a todos los asistentes a un test de antígenos previo al evento. “Estos tests son muy eficaces para saber quién puede contagiar y así podemos generar burbujas sanitarias”, explica Jordi Herreruela, director del Festival Cruïlla y promotor de este concierto. Además, se crearon tres grupos de 1.700 personas para que si había un contagio solo fuera en uno de los grupos y no afectara a los 5.000 asistentes.
Gracias a los tests y al seguimiento y control sanitario, previo al concierto y 14 días después, se han confirmado unos excelentes resultados. Tras el concierto solo se detectaron seis contagios de los cuales, mediante un seguimiento posterior, se determinó que cuatro no se habían producido en el evento y que en los otros dos se desconocía el origen. Estos casos detectados en la prueba suponen una incidencia acumulada inferior en la misma población y periodo en el concierto (130,7 casos por 100.000 habitantes) que en Barcelona (259,5 casos por 100.000 habitantes).
Tres capas esenciales para mantener la seguridad en los eventos
Distancia física, mascarilla y ventilación. Estas son las tres capas necesarias para evitar el contagio. En el concierto se sustituyó una de ellas, la distancia, por otra, el uso de los tests de antígenos. “Hemos confirmado que podemos saltarnos la distancia si hacemos tests, y que así es casi imposible que haya contagios. Ahora estamos valorando si es viable eliminar una capa sin reemplazarla por otra”, apunta Jordi Herreruela. “A día de hoy, la única cosa que garantiza la vuelta a la normalidad es la eliminación de la distancia de seguridad con tests de antígenos. Saber esto no es solo importante para los eventos, también lo es para que en caso de volver a una crisis como la vivida podamos evitar el confinamiento”.
El sector, por delante de la administración
Para que el sector de los eventos pueda ir abriendo es necesario proponer un programa de investigación, según Herreruela. “Si preguntamos a las administraciones si podemos hacer un concierto siempre nos dirán que no, pero si el sector investiga iremos abriendo poco a poco y podremos pedir una normativa”. Por ejemplo, para este concierto se realizaron dos pruebas previas. La primera tuvo un coste de 500.000 euros para que 500 personas pudieran disfrutar de un concierto. En la segunda, con 250.000 euros se dio acceso a 5.000 personas.
“Todo esto se financió desde el sector privado, que ha asumido riesgos para demostrar al gobierno que se pueden buscar alternativas a estar cerrados”. En este sentido, “la administración quizás no ha sido capaz de ver que los eventos podrían ser aliados. No se les ha visto como esta industria que puede ayudar y ser motor de transformación e innovación”.
Otro concierto que reunió también 5.000 personas fue el de Raphael en Madrid el pasado diciembre. En este caso fue manteniendo las distancias de seguridad y sin tests para acceder y, aunque se hizo bien, Jordi Herreruela critica que no se sacaron aprendizajes de esta experiencia. “Se debe hacer seguimiento anterior y posterior al evento para establecer una forma de trabajo con la seguridad médica”.
“Necesitamos una visión colectiva del sector. No basta con hacer las cosas bien, hay que demostrarlas” - Jordi Herreruela.
El estudio observacional del concierto de Love of Lesbian aún deja algunas preguntas sin respuesta y no resuelve la situación de las salas pequeñas y medianas. Además, el protocolo seguido es complejo y realizar tests a 5.000 personas tiene un coste elevado.
“Para hacer burbujas debes identificar a cada persona y asignarle el resultado de un test de forma inequívoca. Tienes que ser muy riguroso para que no haya errores. Es muy difícil traspasar esto a cualquiera que quiera hacer un evento”. El coste de todo este proceso es de 12 euros por persona y, tal como afirma Christoph Tessmar, director del Barcelona Convention Bureau, “podemos explicar los protocolos y dar las recomendaciones al organizador de un evento, pero no podemos obligarle a hacer los tests con el coste que tienen”.
“El futuro no pasa por que la industria de los eventos tenga que desarrollar estos protocolos, sino simplemente por leer el estado de salud de los asistentes que viene dado por el rigor médico, es decir, haciendo los tests en centros sanitarios o farmacéuticos”, defiende Herreruela. “Creo en la idea de un pasaporte lúdico que se ha desarrollado en Nueva York y que lo ofrece el farmacéutico. Lo tienes distribuido en miles de farmacias y eso te da un número determinado de horas de vida social para eliminar la distancia de seguridad. El futuro más cercano no es esperar a que la administración solucione esto, sino que nos movamos todos nosotros para pedir que las farmacias asuman este rol", concluye jordi Herreruela.
Clica aquí para ver el webinar de Eventoplus.
MARIONA PUIG - Consultora de Contenidos en Interprofit