Vivimos una crisis turística sin precedentes. Va más allá del 11 de septiembre de 2001 o del crash del ladrillo, estamos viviendo una situación de turismo cero. La OMT avanzó un aumento del 4% en volumen de turismo durante 2020 y, frente a la epidemia ha tenido que rectificar y pronosticar un descenso entre el 1% y 3% con unas pérdidas aproximadas de 40.000 millones de dólares. Una situación, sin duda, preocupante para el sector. ¿Cómo podemos actuar para volver a atraer uno de los pilares fundamentales de la economía española en uno de sus peores momentos?
Estamos seguros que la administración exigirá a los diferentes actores del sector medidas que garanticen la seguridad como, por ejemplo, unidades médicas en los hoteles, medición de temperatura en los aeropuertos, mascarillas obligatorias en grandes acontecimientos o atracciones turísticas, espacios de seguridad, etc.
Nuestro objetivo prioritario es posicionarnos como un destino turístico seguro.
Al ser un país tan dependiente del turismo, nuestro objetivo ha de ser posicionarnos como un destino seguro. Cualquier precaución será poca para volver a mostrar una seguridad, por ahora, menguada. En este sentido, el indicador de seguridad de Mabrian ha descendido 20 puntos desde el 14 de marzo. En países como Francia este indicado está en el 33% cuando la media habitual superaba los 90 puntos.
El tiempo dictaminará si la configuración de esta serie de normativas se vuelven medidas razonables, efectivas y asumibles por los diferentes operadores y si tienen una injerencia positiva entre los futuribles turistas.
Debemos designar los portavoces y líderes de opinión reputados del sector y proyectarlos a nivel internacional, tanto turoperadores como sector sanitario u otros players de gran relevancia. Ahora falta determinar cuáles son los mensajes y como nos aproximamos a ellos. Los turistas lo han pasado mal, existe un gran recelo, están confundidos y preocupados por los reembolsos de las compañías aéreas y las agencias de viajes. Necesitamos ser claros, honestos y transparentes para volvernos a ganar su confianza.
Necesitamos ser claros, honestos y transparentes para volvernos a ganar la confianza de los turistas.
Los diferentes medios de comunicación juegan un papel muy importante, pero ven como sus páginas destinadas a viajes y turismo ha disminuido. Ponen el foco en la situación de pandemia actual y, como máximo, incluyen algún artículo inspiracional.
Están buscando noticias positivas sobre el destino, pero con un enfoque mucho más personal como, por ejemplo, trabajadores de un hotel que ayudan al personal médico proporcionándoles alojamiento. Y esto ayuda a la sociedad, y mucho. Nos recuerda que por encima de todo somos personas con una gran solidaridad y sacrificio por el prójimo. Nunca debemos olvidar lo importantes que son los medios de comunicación y la labor extraordinaria que están realizando durante esta situación.
Armchair travel
Todo este nuevo escenario, nos acerca al modelo “armchair travel”, una tendencia internacional que te invita a visitar un destino desde tu salón ya sea leyendo revistas, viendo programas de televisión, navegando por internet o incluso leyendo podcasts. Los medios de comunicación, las redes sociales y otras plataformas tienen un gran impacto en nuestra forma de viajar. A nivel nacional, instituciones como Turisme de Barcelona o Turismo de Las Palmas de Gran Canaria ya están impulsando estos paseos virtuales con el propósito que el turista se quede en casa para poder viajar mañana.
Ya están surgiendo las nuevas formas de captar al visitante. Estos momentos de sosiego y reflexión nos pueden ayudar para crear un buen plan de comunicación e implementar todas aquellas estrategias que nos ayuden a posicionarnos como un destino apetecible y de confianza. Hemos podido ver la gran importancia que tienen las historias a nivel personal para captar la atención, es necesario aplicar el concepto de storytelling en todas nuestras comunicaciones, no podemos centrarnos en la mera descripción de un destino si no en cuál es la mejor manera para vivirlo.
Word-of-mouth
En momentos de desconfianza, el concepto de word-of-mouth resulta mucho más imprescindible que nunca. Las opiniones de amigos, familiares, amigos o incluso compañeros de trabajo se traducen en confianza. Respetamos mucho más la opinión de un conocido que de una campaña de marketing y, por ello, es necesario pedir a nuestros turistas que nos recomienden una vez nos hayan visitado. Debemos humanizar la marca para transmitir empatía y seguridad. Es el momento de vincularnos al turista y ofrecerle la mejor experiencia y que de esta manera se sienta orgulloso y satisfecho del viaje.